lunes, 23 de diciembre de 2013

Voluntariado en Sede Central

Encontrarte con personas dispuestas a enseñarte, ayudarte y ofrecerte siempre su mejor sonrisa es el mayor de los regalos que la vida puede ofrecerte.
Precisamente eso es lo que encontré en Madreselva, a penas estuve 3 meses en la sede de voluntariado de Madrid, pero desde el primer día me recibieron con los brazos abiertos, haciéndome sentir una más.
Cuando empiezas hacer algo nuevo sin tener mucha idea te invade una sensación de entorpecer más que ayudar pero en ningún momento te dejan que esos sentimientos vayan mucho más allá. Desde el primer momento confían en ti y no les importa contarte, explicarte, revisar tus trabajos, aunque eso suponga más tiempo del suyo.
En la sede siempre hay mil cosas que hacer, leerse el Boe con los requisitos para las subvenciones, informes por doquier con fecha de entrega, no te olvides de las auditorias, y las facturas, hacer las entrevistas de voluntariado, mantener al día las redes sociales y hacer los programas de sensibilización, poner al día la base de datos de apadrinamientos, organizar y colocar la biblioteca, archivar y reciclar, los líos informáticos de los que nadie se libra, y aquello que nunca encuentras cuando lo necesitas. Pero siempre amenizado con buena música, charlas entre mesas, un té indio a media mañana, una buena tortillas de patata, o las empanadillas de las hermanas, porque las celebraciones no faltan! Cumpleaños, bienvenidas, visitas! Vamos, que así da gusto.
Por esto y por todo gracias
Gracias por dejarme formar parte de vuestro proyecto
Un beso enorme

Pau

Paula Gil  García. Voluntaria en Sede Central de Madreselva

viernes, 8 de noviembre de 2013

"mi vida estará en El Salvador"

Parece que fue ayer.. Veintiséis  horas de viaje, aterrizo en Madrid, impaciencia, queriendo empujar, metiendo prisa.. Vamos, no tengo todo el día! Cómo si tuviera algo más que hacer.. Sería capaz de salir corriendo y olvidar las maletas dando vueltas sin parar..

Cierro los ojos, nueve meses en los que un millón de momentos hicieron que ahora sea quien soy..Veo a papá.. “Abraza a mamá primero me dijo antes de venir”. Sabía que no podría aguantar, que saldría corriendo hacia mi.. Abrazos, sorpresas, lágrimas que en sonrisas se volvieron a convertir..

Noches en las que no puedo dormir, horas en las que mis sueños ya no están aquí.. Recuerdos, momentos vividos.. No sé si cambié un poquito sus vidas.. Pero si de algo estoy segura es de que cada uno de ellos, trabajos, momentos.. consiguieron cambiarme el rumbo a mi..

Los días pasan, me dejo cuidar, aprovechando esas cosas que luego tanto volveré a extrañar.. Charlas entre amigas de siempre, sonrisas y viajes compartidos, paseos del brazo de papá.. Mucha gente me pregunta de donde salió esa inquietud de ser voluntaria este tiempo atrás.. Creo que es fácil de poder contestar.. Si conocierais a mi padre, creo que ni siquiera lo llegaríais a preguntar..

Casi una año atrás me costó despedirme, pero como dice mi madre, “hace una año te despedía sabiendo que pasados nueve meses te tendríamos de nuevo aquí, pero ahora no..ahora el billete de vuelta lo olvidaste comprar”.. Tiene razón, pero ese billete no fue olvido, fue sabiendo que a partir de ahora mi vida estará en El Salvador..

Entre nervios y maletas.. Entre nudos y felicidad..
Mi sobrina me mira con cara de “por qué llora mi tía si la única que llora cuando quiere algo soy yo”.. Nuevos abrazos, lágrimas que mis hermanos dejaron escapar.. Sé que a una abuela de 92 años le cuesta entender que viaje tan lejos en busca de esa vida que tanto vuelvo a desear.. “Cuídate mucho hija”, es lo último que escucho antes de verlos a través de un cristal.. Sonrío, cierro los ojos, sin ni siquiera haber subido todavía al avión comienzo a volar..

Impaciencia, escalas, pasos que me llevan de una sala a otra.. Sueños entre suelo y butacas incómodas, charlas con aquel señor mayor que hizo que mi espera fuera mucho mejor..

Anuncian mi vuelo final, nervios entre desvelo y enormes ganas de llegar.. Migración, recogida de maletas, impaciencia por salir..  Flores, de nuevo lágrimas y sonrisas, abrazos que me hacen sentir más que nunca que mi nuevo hogar está en este increíble país..

Gracias Madreselva.. Gracias por ser ese primer eslabón de mi nueva vida aquí..


Alejandra Cortes. Voluntaria de campos de trabajo y de Gestión de Proyectos

miércoles, 16 de octubre de 2013

Dilla y su clínica Prodigiosa

El sur de Etiopía
Dilla, sur de Etiopía a 370 kilómetros de la capital, Addis Abeba. Casi setenta mil habitantes, la mayoría dedicados a la agricultura de subsistencia.

Tasas de mortalidad infantil y materna más altas que la media del país. Una de las principales causas de muerte entre los niños es la malnutrición severa. Las recientes hambrunas de los últimos años ha agravado la situación. Refugiados somalies han llegado a la zona. Toda esa impactante realidad no ensombrece la belleza natural del entorno. Frondoso, exuberante, una de las principales comarcas productoras de café de Etiopía.

 La Misión Católica se estableció allí hace casi 30 años. Poco a poco fue creciendo. Las Hermanas y los Padres Salesianos tienen colegio de primaria y secundaria, centros de Formación Profesional, con talleres de Costura, Informática, Mecánica, Madera…. Una labor extraordinaria  dirigida a la formación de la población más joven y, a su salida profesional para que tengan un futuro.  Además, las Hermanas salesianas tienen, un Jardín de Infancia, del que se sienten muy orgullosas. Fue construido, gracias al apoyo de  Madreselva. Cada año más de cien niños reciben aquí su primera educación.
Pero, si todo esto es importante, la joya de la corona, es el Centro de Salud don Bosco,  también en marcha gracias, en  buena medida, a la ayuda económica de Madreselva.

En este Clínica y en la Escuela de Verano de la Misión, hemos tenido la suerte de colaborar los voluntarios de Madreselva, Simon Grayson y Carmen Corredor. Un privilegio para nosotros.
 En el Centro de Salud, se trata, diariamente, a unas 80 pacientes. La mayoría son personas muy pobres, que llegan andando, en muchas ocasiones, durante varias horas.

Las afecciones más comunes son la malaria –en los últimos tiempos aumenta la malaria infantil-, la tuberculosis, bronquitis , reumatismo, tifus, elefantiasis, sida, infecciones múltiples, enfermedades de transmisión sexual, malnutrición, raquitismo, quemaduras…..


La Clínica cuenta con laboratorio, que agiliza enormemente el diagnostico de los pacientes. Una tarde, estábamos realizando actividades con los niños en la Escuela de Verano y observamos que una de las pequeñas, Selam, de solo cinco años, estaba pasiva, como inmovilizada. Parecía que tenía una fiebre muy alta y la llevamos a la Clínica, a sólo unos pasos del patio de la Misión. Le tomaron muestras y, media hora después se dio el temido resultado: Selam tenía malaria. Su madre llegó sumida en un baño de lágrimas. En la Clínica empezaron con  el tratamiento.

El Centro tiene su propia  farmacia. Periódicamente, la directora,  sor Corazón, una extraordinaria doctora dedicada en cuerpo y alma a los enfermos, viaja a Awasa ó a Addis Abeba a recoger los medicamentos.
 Especial dedicación se brinda a la atención pre-natal, postparto, inmunización y vacunación. Cada jueves los pacientes son niños y madres, que siguen los controles periódicos de vacunación, peso,  malnutrición y  control del parto. Durante nuestra estancia, dos excelentes voluntarias polacas, Ewelina y Marta , matronas, ayudaban en la tarea  a sor Corazón y a las magníficas enfermeras, todas etíopes..

Nuestra labor como voluntarios de Madreselva la realizamos en la Administración. Con nuestra jefa Assele, todos los días, preparábamos y ordenábamos  las historias de los pacientes. También ayudamos en la clasificación e informatización  de las medicinas  en la Farmacia. Y los jueves, preparábamos las vacunas para los niños. Todo un aprendizaje, que agradecemos a las Hermanas y a todas las enfermeras de nuestra querida Clínica.
Por las tardes, colaborábamos en la Escuela de Verano del Oratorio.  Enseñábamos inglés a las más pequeñas –sesenta niñas en la clase-, todo un reto. Y luego, organizábamos las actividades recreativas y de juegos educativos.

Además, hemos grabado imágenes de todas las actividades de la Misión para hacer un documental. Es importante que en  España se conozca el trabajo que las Hermanas y los Padres realizan allí y  cual es la realidad de Etiopía en salud, educación, la vida cotidiana de la gente, la labor de los voluntarios …..
 Todo lo que se haga es importante y necesario en Dilla.  El trabajo diario de la Clínica es fundamental para mejorar las condiciones de vida de la población. Salesianas y Salesianos tienen  claro que la  educación es el motor del cambio. Por eso, la actividad  empieza, cada jornada,  en el Centro de Salud, con una charla sobre prevención. Los pacientes lo saben y acuden a la sala de Información. El personal sanitario se distribuye y cada día, da consejos sobre  buenos hábitos de higiene, cuidados frente a la malaria, el tifus etc. Los frutos se están viendo poco a poco.

Después de nuestra extraordinaria estancia en Dilla, podemos decir que las Hermanas pueden estar orgullosas.

Pero, siempre crecen las necesidades. Ahora necesitan  un paritorio, fundamental para que disminuyan las altas tasas de mortalidad tanto de las madres como de sus hijos.
También se necesita  una sala de espera, para que los pacientes no tengan que aguardar en el patio, tantas veces con lluvia y frio.
Para conseguir la financiación, Madreselva se pusieron en  marcha una campaña en la red. Es un microproyecto de crowdfunding –cooperación colectiva- para la Clínica de Dilla.
 Después de estar allí, uno se da cuenta de que con muy poco de la ayuda de cada uno de  nosotros, se puede conseguir tanto para este  prodigio de Clínica, que tanto está colaborando en la mayor salud y  mejores condiciones de vida de la población de esta hermosa región de Etiopía.


Carmen Corredor. Voluntaria veterana 2013



martes, 1 de octubre de 2013

TRAS CONOCER EL HOGAR TESAPÉ PORÁ

Hola, soy Lola de nuevo. Antes de mi primera experiencia, escribí para huellas cómo había llegado a parar a Madreselva. Tenía dudas de si iba a ser de ayuda en Paraguay, en el Hogar Tesapé Porá, no sabía si me iba a gustar o lo iba a pasar mal. Mucha gente me decía que era muy valiente, y yo me agobiaba un poco, porque nunca me he considerado valiente. Cristina me dio el otro día una carta que escribí yo el primer día del curso de voluntariado, y la conclusión de toda la parrafada, es que sabía que algo, Dios, el destino, la educación que he recibido, o como lo quieras llamar, me empujaba a irme de voluntariado.  Y efectivamente tenía razón.

Al principio tenía miedo de no encajar con mi compañera de viaje, Elena; pero la verdad es que ha sido genial ir con ella. También tenía miedo de cómo iba a ser el trato con las hermanas y las cuidadoras de las niñas ("tías") de allá; y todas nos han ayudado y cuidado mucho. En concreto, hemos tenido mucha suerte con Tía Mónica, pues tenía más o menos nuestra edad, y hablábamos mucho con ella, nos aconsejaba, nos enseñaba la ciudad, y con ella viajamos a las Cataratas de Iguazú, a Ciudad del Este...
El Hogar Tesapé Porá, se encuentra en Villarrica, una ciudad muy chiquitita cerca de Asunción en kilómetros, pero muy lejos en tiempo, pues para hacer 170 km, tardas como cuatro horas y media en autobús. Es un hogar que acoge a niñas con diferentes problemas, algunos muy graves, otros no tanto. En cualquier caso, niñas de las que sus padres no pueden hacerse cargo. A lo mejor hay gente que se imagina un edificio cutrecillo, y con pocos recursos. Para nada es así, tiene de todo: agua caliente, luz, buena comida, wifi (no muy bueno, pero tiene), un patio, una panadería, una casa para las mayores y otra para las pequeñas... Es un Hogar que lleva bastante tiempo, y poco a poco, voluntarios han ido llevando cosas físicas necesarias, o simplemente ideas que luego las sores de allá han podido cumplir.

     
Cuando llegamos, las pequeñitas no se despegaban de nosotras. Siempre querían jugar y que les contases cosas. Yo estaba encantada, pues no tuve que hacer nada para ganarme su atención. Las mayores... es otro caso. Tardaron más en dirigirnos la palabra, pero tras la primera semana ya nos hablaban todas. Reconozco que esa semana sí que tenía preferidas, pero poco a poco esas preferencias se iban borrando. Para mí, todas las niñas tenían algo que las hacía únicas, y todas me han enseñado algo. Podría ahora mismo contaros algo de cada niña, pero creo que si alguien está más interesado en el proyecto, que me pregunte en persona, pues ahora no quiero ocupar mucho más espacio para no cansaros.

Sé que lo que voy a decir lo habréis escuchado millones de veces a otros voluntarios, pero creo que yo di menos de lo que las niñas me dieron a mí. Yo lo único que hacía era bailar, jugar, ver pelis, de vez en cuando sí que les explicaba algo de matemáticas o algo así, pero poco. Ellas me enseñaron muchas más cosas sobre la vida, sobre la felicidad...


Espero poder volver el verano que viene con mis niñas, aunque sea solo unos pocos días. Muchos amigos me dicen que por qué no pruebo otros lugares. Y yo, en parte quiero conocer más proyectos, pero después de haber vivido en Villarrica un mes, me es imposible pensar que no voy a volver nunca más. Además hice una cosa que no os recomiendo, y es prometerles a las niñas que voy a  volver. Cuando una niña te mira a los ojos y te dice muy en serio que no te vayas, que te quedes con ella para siempre, es inevitable (por lo menos para mí) decirle que no la vas a volver a ver en la vida. Otra anécdota es que una de las mayores (bueno de 12 años) nos preguntó un día a Elena y a mí, que si nos aburríamos allí con ellas. Nosotras le respondimos que no, que nos lo pasábamos muy bien, y que por qué nos preguntaba esa tontería. Ella nos dijo que porque luego nunca volvíamos.

Bueno, pues espero que algún día vayáis a Villarrica, y os llene tanto como a mí.

Lola Teja (Voluntaria 2013)

miércoles, 18 de septiembre de 2013

México Sur.

Antes de meterme yo en una ONG, me escribí en un Microsoft Word una lista numerada de las razones de porqué quería hacer un voluntariado internacional, para en la pre y post experiencia leérmelo para ver si algo había cambiado (como un experimento digamos), en total me salieron 16 razones...las cuales acabo de volver a leer ahora y me han coincidido una buena mayoría.

Lo primero, hola a todo aquel que le apetezca leer esta brillante experiencia que voy a trataros de contar, porque si, el adjetivo que le he atribuido desde el principio es ese, brillante. Pero antes de todo mi nombre es Nico, tengo 21 años, y esta es mi primera experiencia con Madreselva, esperando que haya una segunda porque si que es verdad que el casi mes y medio que pasé allí ( 22 de junio-31 de julio) se me ha pasado rápido, pero al mismo tiempo me parecía un tiempo prudente para una primera vez así que me alegro de haberlo hecho así.
Es la primera vez que hago un viaje de este tipo, realmente tenia muchas ganas de hacerlo en algún país de América y este proyecto ya lo tenía en mente desde 2011.

"México!? y por qué no te vas a Afganistán con las tropas estadounidenses? Cuidado, que allí son de gatillo fácil!!"

Estas son frases que tuve que oír antes de ir para allá, la verdad que es muy cierto el gran poder que tienen los medios de comunicación, ya que lo único que sale en las noticias son decapitaciones y tiroteos, pero...lo que la gente no piensa es que de los 118 millones de mexicanos que habitan el país solo a un pequeño porcentaje le ocurren estos tipos de sucesos, si del 100 % de la población la tasa de homicidio se encuentra en el 20%, la gente se fija en esa pequeña cifra, no en el 80% restante...basta con ir con gente del lugar que sean de confianza y saber que estás en buenas manos. 

Yo en México he sido canadiense, gringo ,güero (blanco)...ah! y también he lavado mi ropa a mano a la "antigua usanza", cosa que no había hecho nunca, pero empecemos desde el principio.

Cuando llegamos a México DF nos alojamos en la casa de las sores (hermanas salesianas, del italiano "sorelle"), en uno de los barrios pobres de la ciudad, y por las que nos sentimos bien recibidos. Los primeros dias que pasamos allí respiré un ambiente de pobreza que nunca antes había experimentado, fue duro, nuestro barrio estaba muy destartalado, las paredes de los edificios desgastados y poco cuidados. Además otras de las cosas que más me impresionó, son los barrios de chavolas que te vas encontrando paralelos a la carretera, y en ocasiones, basta con mirar por la ventana del bus para observar montañas enteras cubiertas de comunidades chavolistas... yo, paradójicamente, puedo decir que he conocido a mexicanos ricos, pero la cuestión es ¿cómo explicar que el hombre más rico del mundo sea mexicano y que compatriotas suyos estén viviendo en la pobreza?. 
Había muchos neones, en los coches, peajes, las barras de los peajes, motos de policía, capillas, en las vírgenes de las capillas y en las que había en mitad de la calle para venerar envueltas en luces de navidad. Mucho caos de tráfico, si sabes conducir en Ciudad de México, puedes hacerlo en cualquier ciudad del mundo, pues muchos trazados de la carretera son caóticos, donde las señales de tráfico son mucho menos importantes que la improvisación y pericia del conductor.
Yo una cosa que digo es que desde que llegué a México, y supongo que a América Latina en general, es que todos los transportes son mucho mas "humanamente aprovechables"; tanto en la capital como en todo el pais, en las motos y quads se va siempre con sandalias, sin casco, con los auriculares de música, tres o cuatro en la moto, y con las bolsas de la compra en medio. En los coches de cinco plazas, si caben siete, mejor. En las pick up todos los que quepan van sin problema en el remolque y otros colgados de pie en la parte trasera, en definitiva, todo lo que aguante la máquina. 
También al meterme en las catedrales me sentí como en España al ser iguales con la misma apariencia por la influencia española, claro, y también que tan lejos de casa se siguiera hablando español, sí era algo que también quería experimentar. Por último, raro era no ver los puestos de carne y frutas ambulantes con los vasos llenos de abejas comiendose la fruta antes que el cliente.

A la pregunta cuando hablas de un voluntariado de qué se hace allí o cuales son tus actividades, la respuesta es : lo que tú puedas ofrecer.

Parece que cuanto más pobre es una comunidad o un país, más alegres, sonrientes y sencillas son sus gentes, y esto es algo que enamora.

Zitácuaro, a dos horas del Distrito Federal, es un pueblo del estado de Michoacán que venía de sufrir una ola de violencia recientemente en 2012 por la disputa del control de los territorios entre bandas, pero este año la zona ya estaba tranquila. Michoacán es uno de los focos de México donde existe mayor tráfico de drogas, esto pasa porque sus tierras son fértiles para la siembra, por lo que crecen con facilidad plantaciones de calidad y en abundancia, sobre todo de marihuana.
Nuestra primera parada como voluntarios la hicimos allí en una Casa-Hogar de niñas en Zitácuaro, éstas eran niñas de 4 a 16 años que habían tenido problemas en sus casas de vejación por parte de sus padres, alcoholismo, maltrato, abandono en la calle, riesgo de violación, algunas no conocían a sus padres, varias de las madres eran prostitutas y ni sabían su cumpleaños, son recogidas ( mejor dicho, rescatadas) por la institución del DIF que las lleva a estos hogares para que reciban una reeducación hasta alcanzar una edad y obtener las herramientas necesarias para que después puedan seguir ellas solas.
Su situación las hace madurar a temprana edad. Estuvimos alli 2 semanas, vas dispuesto a entregarte al 110 % para ellas y darles todo el cariño que puedes y ellas sin darse cuenta te dan el doble, te hacen sentir muy querido, te dan cartas, abrazos, regalos, dibujos... Nuestra actividad diaria con ellas la primera semana, que aun tenian escuela, era levantarlas (mi compañera) desayunar, asegurarse de que se asearan y llevarlas a la escuela, a 10 minutos andando, una de las cosas que me dejó atónito fue ver como se paseaban las patrullas del ejército armados en sus vehículos por las calles... despues volviamos y hasta las 12 teniamos tiempo libre hasta volver a recogerlas. Hasta la hora de comer teniamos como una hora de juegos en el patio, a las 3 los aseos, fregar cada piso, limpiar y recoger. A las 4, clase de inglés, luego taller de costura y hacer collares y pulseras con los materiales que habia para ello, estas son expuestas en una vitrina de cristal para que la gente lo compre y ayuden a subencionar el mantenimiento de la casa y darles un apoyo económico. Alguna vez vimos una pelicula y en general, los dias que llovia (era epoca de lluvias) nos quedabamos dentro con los juegos de mesa, y las tardes de buen tiempo saliamos al patio a jugar, en donde también nos ayudaron nuestros compañeros mexicanos Rubén, Gus y Grisel con quienes conectamos, nos trataron y lo pasamos muy bien. 
Todos sores, niñas y nuestros compañeros nos recibieron desde el primer dia como en nuestra casa. La segunda semana, ya en vacaciones, haciamos las mismas actividades, pero por las mañanas las llevabamos al parque a jugar e íbamos a por leche a una tienda que nos la regalaba la mujer que trabajaba alli. Algunas noches las leíamos un cuento antes de irnos a la cama. 
Nos fuimos encantadísimos de Michoacán y toda la estadía allí fue increible.

Mi padre dice que para que un lugar sea verde, su cielo ha de ser gris, o si quieres un lugar de sol, la tierra será mas seca y hostil. Chiapas es la viva combinación de los dos elementos, lugar de verde y frondosa vegetación con un cielo azul y soleado.

De vuelta al Distrito volvimos a la casa de las sores donde nos esperaba nuestro autobús para ir a Copainalá, Chiapas (último de estado mexicano colindando con Guatemala) con los nuevos compañeros donde íbamos a un campo formativo de 3 semanas. Éste era nuestro voluntariado original y oficial con Madreselva, pero dado que viajamos a México tiempo antes, nos encontraron la Casa-Hogar de Zitácuaro, lo cual agradecimos enormemente. Después de estar toda la noche viajando, llegamos a Copainalá donde hacía un calor aplastante debido a la gran humedad por el clima semitropical de la zona, Copainalá era el "pequeño San Francisco" ya que todas las calles eran cuesta arriba y cuesta abajo. Un pueblecito humilde y tranquilo rodeado de montaña y vegetación. Por Chiapas viajamos mucho, conocí Iturbide, Campeche, La Nueva, (mis campos de trabajo aparte de Copainalá), Chiapa de Corzo, donde está el gran Cañón del Sumidero, una maravilla natural que recomiendo a todo el mundo, Tuxtla Gutiérrez, la capital de Chiapas cuya ciudad me enamoró, y San Cristóbal, pueblo colonial con mucho encanto.

Nuestra primera semana la pasamos en Iturbide, una aldea que se convertiría en "nuestra base" para ir a las diferentes aldeas de los alrededores a ayudar. Esta fue para mi la semana más dura de todas y en las que más cerca estuve de experimentar como se vive en la pobreza y con pocos recursos, dormíamos en el suelo con los sacos de dormir en compañía de arañas de buen tamaño, entre 5'30-6 de la mañana ayudaba con el desayuno al fuego de leña como se hacia en los pueblos, la ducha, nada de agua caliente (eso es para ricos) y con puertas de madera que se caían a la mínima, y a lavarnos la cara y dientes en una fuente por la mañana con el cubo de agua, desde ese momento, aprecié mi cama y mi ducha caliente.
Con lo que más convivimos fue con gallinas, mulas, pavos y perros abandonados. 
Los primeros dias practicabamos las manualidades papiroflexia que los días siguientes tendríamos que hacer en nuestras comunidades.
Lo que siempre hacíamos los dos primeros días de llegar a nuestras comunidades era el "visiteo", llamar casa por casa (siempre con las hamacas en el centro del salón debidamente colocadas dónde en muchas ocasiones eran sustitutas de las sillas) e invitar a los locales de todas las edades a nuestros talleres y actividades.

Cada día era diferente al anterior, nuevas situaciones y aventuras.

Para ir a Campeche era todas las mañanas una hora de camino, y cuando llegábamos allí los niños ya nos estaban esperando con ilusión para empezar a jugar, hasta que nos metíamos a la iglesia a contarles el cuento de cada dia con su enseñanza, después hacíamos las manualidades y por ultimo daba clases de inglés a los que quisieran, era el "maestro Nico", un título que para mí se me quedaba un poco grande...un día cuando nos íbamos un buen hombre nos invitó a que pasáramos a su casa y su hijo nos sacó un plato de ensaladilla con patatas y coca cola, el hombre se sentó en su banqueta y con su buen corazón esperó a que termináramos de comer para irnos, un hecho que no olvidaré nunca. El último día de Campeche, nos despidió la alcaldesa del pueblo entre lágrimas de agradecimiento.

La segunda semana ya saliendo desde Copainalá, nuestra coordinadora Cristina, nos dió a Lucía y a mí la gran sorpresa de venir a visitarnos y a quedarse esa semana con nosotros para conocer el proyecto.
 La comunidad a la que iríamos era La Nueva, a 15 minutos en una pick up que venía a recogernos por la mañana ,eso si, los dos únicos baños que había, era una caseta sin luz, sin agua y con orugas negras por las paredes y el techo. Allí estuvimos en una iglesia muy pintoresca y de ambiente fiestero dónde en nuestros ratos libres jugábamos con los chavales al fútbol, dábamos nuestros cuentos con enseñanzas y manualidades, hacíamos juegos con música para presentarnos y conocernos mejor, y esta vez daría inglés con dos compañeras italiana y mexicana a los chicos.
Aquí también hicimos un día un bazar "mercadillo" con ropa, calzado y juguetes para los niños. Para estos hicimos una tombola, poníamos a cada juguete un número, después en papelitos el niño cogía de una bolsa uno, y el número que le tocara era el juguete que se llevaba con unas galletas y un vaso de agua de jamaica (bebida dulce de hierbas rojas típico de México que se puede tomar frío o caliente).
Una vez más el último día los del pueblo nos agradecieron de corazón haber ido allí a ayudarles aunque solo fuera por una semana.

La última semana, ya trabajando para Copainalá  fue una gran fiesta ya que hicimos todas las actividades que habíamos estado haciendo en nuestras respectivas comunidades con anterioridad, pero en el atrio de la iglesia y a lo grande, con un escenario para las canciones y con muchísima gente que acudió del pueblo, hicimos una representación de teatro muy bonita, y yo en esta ocasión fui auxiliar de taller de italiano con mis compañeras italianas Elena, Lucrezia y Chiara, la forma que teníamos dar las clases era muy amena y los chavales se divertían y aprendían rápido. Me sentí muy arropado en todo momento por los chicos de allí, que tienen una magia especial que te hacen sentir importante y que significas algo para ellos, no tiene precio que te pidan por favor hacerse una foto contigo y después te den las gracias, les das tu las gracias ellos por hacerte sentir especial...son sencillamente increíbles.

Hemos viajado muchísimo (y a veces pienso que se aprende más viajando que yendo a la universidad), he conocido lugares y personas maravillosas que me han dado una lección de lo que significan los términos de GENEROSIDAD y HUMILDAD, algo que, lamentablemente, no está tan esparcido por el mundo como debería, que te traten mejor que a ellos mismos con el único afán de que tu te sientas bien.
 Satisfecho porque siento que realmente he podido AYUDAR de FORMA CONSTRUCTIVA y EFECTIVA a los pueblos en los que estuve. Otra cosa que me llevo que vale su peso en oro es el AGRADECIMIENTO tan SINCERO de los pueblos en lo que estuve. Yo no se hasta qué punto habré sido capaz de aportarles a ellos y de si habré dejado huella en las comunidades donde trabajé, solo sé que ellos a mi, si, me han enseñado mucho, valores de la vida que en realidad son los más simples pero los más humanamente importantes y que a veces por todo lo que tenemos, olvidamos.

El sentirte parte de un equipo como VIDES ha sido bonito y muy importante para mi.

Agradecerles a Madreselva todo el apoyo que me han brindado en el proyecto, me han hecho sentirme Madreselva y estoy muy a gusto con ellos. A Sor Anabel, que fue la que hizo posible que fuéramos a Zitácuaro y que nos acompañó en Chiapas, por su paciencia, positivismo y por aceptarme tal como soy, (PD : por no picarme ningún alacrán y avispas rojas de Copainalá, ni las arañas de Iturbide), y por último a México, que nos arropó del primer día al último, porque es un gran país, hermoso y de mucha riqueza, me ha dado una gran lección, gracias.


Nico, voluntario de Madreselva.

martes, 13 de agosto de 2013

Ciudad Juárez


-                                      - Este año vamos a Ciudad Juárez - Caras raras, gestos de terror
              -¿Cómo? Ten cuidado!  - Más caras de terror

En el 2012 Ciudad Juárez seguía en la estadística de las  50 ciudades más peligrosas en el número 19, detrás de Acapulco, de Nueva Orleans y de otras que no tiene esa fama de ciudad tan peligrosa y que sin embargo, hubo más asesinatos dolorosos por habitantes que en Juárez.
Desde luego, que no podemos esconder que los habitantes de Juárez lo han pasado mal. Pasear  por la ciudad, a veces, con aspecto desangelado, hace que te imagines lo difícil que ha tenido que ser para esta gente. Cuando se les pregunta, todos coincidían en el año 2008 como el peor momento  y que ahora la situación  está más tranquila.

Es una ciudad viva, la gente sueña, sale de fiesta, va al centro comercial, baila, se enamora, tiene proyectos, se ríe, se ríe mucho… también llora, se desespera, se preocupa, se indigna con los políticos, se enfada… La ciudad intenta paulatinamente crear ambientes de paz después de todo lo vivido años atrás: extrema violencia fruto de conflictos entre cárteres de droga, machismo exagerado y los ataques a las mujeres. Unos ciudadanos que intentan re-configurar el tejido social que se había roto.

Madreselva colabora enviando voluntarios/as a un proyecto de los Salesianos de México que tienen en la ciudad. http://www.djnsalesianos.mx/ Llevan 21 años trabajando con la gente de Ciudad Juárez. Tienen tres oratorios: Don Bosco, Domingo El Savio y El Lupita. En estos centros se hace un trabajo con los niños/as, preadolescentes y adolescentes tratando de mostrar y generar otras alternativas ante un estilo de vida que parece que les deja como única opción la inserción en grupos delictivos y las drogas o trabajos casi esclavizantes de las empresas "maquiladoras". Para conseguirlo realizan durante todo el año diferentes actividades y proyectos relacionados con la salud, la educación, el deporte, el tiempo libre, etc. Los voluntarios/as de Madreselva se insertan en alguna de las actividades o proyectos  que se llevan a cabo. Como por ejemplo: en el mes de Julio se realiza un campamento de verano para alrededor de unos 700 niños/as y jóvenes u otro proyecto interesante que se está realizando  con el voluntariado es la Brigada de la alegría (Oratorio barrial) donde el objetivo es generar un ambiente de paz y alegría en las zonas marginales cercanas a los Oratorios que tienen los salesianos en la ciudad…

“Y al fin y al cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla, aunque sea un poquito, es la única manera de probar que la realidad es transformable”  Eduardo Galeano

Gracias a los Salesianos de México,  de Ciudad Juárez, al Padre Juan Carlos por abrir las puertas a Madreselva y a cada persona que ha colaborado para que este proyecto se lleve a cabo, esperamos poder seguir estrechando lazos.



Cristina Pérez – Responsable de voluntariado de MadreselvaONGD

lunes, 12 de agosto de 2013

"No se sí pude cambiar sus vidas, ellos ya me la cambiaron a mí"

12 de agosto de 2013, Épila (Zaragoza)


Sentada en mi habitación, justo en frente de esas fotos que solía mirar cada tarde de estudio.
Me traslado de nuevo a El Salvador. Ya un mes aquí. Casi once desde mí llegada a allí.

Recuerdo, evito que las lágrimas vuelvan a caer. Ya me lo dice mi padre, “¡¡si por mis lloros fuera, inundado estaría el mundo!!”.

Las Hermanas me esperaban ya, las reconozco entre sueño y cansancio, entre una multitud de sentimientos que me trasladan a mi nuevo hogar.

Primeros días de conocimiento y presentaciones, de ubicación y sensaciones que no dejan todavía ahora de surgir.

No hay tiempo que perder, proyectos, mujeres, niños y sonrisas… Mi camino empieza aquí.

Primera reunión, papás que miran con curiosidad, queriendo saber qué es exactamente lo que hacía allí. Sonríen, cuestionan. Sus hijos vendrán pronto, quisiera conocerlos ya.

Llegó el día, mi acento les inquieta, me preguntan de dónde vengo y por qué allí.
Empieza mi escucha, empiezo a sentir desde los primeros días que no me quiero alejar: "Quiero Crecer, Quiero Aprender", primer proyecto que en marcha pudimos poner.
Eso es lo que aún ahora sigo haciendo yo. Aprendí, crecí…convirtiendo mis horas con ellos en las mejores de mis días allí. Niños que a cambio de nada dan, caras que sonríen y te hacen olvidar que existen días malos, pequeños corazones que agarraron el mío a cambio de tan poquito que yo les haya podido dar.

Primeros días que pasaron volando, horas en las que quise tantas veces el tiempo parar, cogerles de sus manos, sonrisas que me devolvieron la mía incluso cuando la olvidé.. Momentos en los que pienso en no pensar, sin fronteras ni distancias, sin tiempo ni cielo que perder, construyendo un paraíso, así es como ellos lo quisieron llamar.

Pasaron horas y momentos, días en la Fundación en los que verme en otro sitio no fui capaz, en los que ellos se convirtieron en mi fuerza, en esa ilusión que tantas veces los adultos olvidamos atrás.

Y hay algo que quisiera recalcar, que gracias a las Hermanas estos niños, mujeres y familias, tienen un lugar en el que poder saber qué lejos pueden llegar. Sueñan con ellos sin obviar la realidad, luchan por inculcar valores que cualquiera de nosotros deberíamos tener. Que gracias a esa pequeña y gran Fundación en la que yo puede estar, existen nuevo proyectos: Huertos, nuevas casas, becas y recursos, talleres y formación que ofrecer.

Ya diez meses desde mi llegada, diez meses en los que ellos son parte de mi, en los que las Hermanas me han hecho sentir como en mi casa desde el minuto uno en el que llegué, diez meses llenos de ilusión, en los que  todos ellos ya son parte de mi. Pude tener un día horrible, ellos hicieron que todo eso quedara atrás, que mis horas se convirtieran en el mejor de mis días, capaces de hacer que ahora sea quien soy.

No se sí pude cambiar sus vidas, ellos ya me la cambiaron a mí.  Tanto que vine a España de vacaciones, en octubre me regreso a nuevo a hogar.

Gracias Madreselva, gracias una y mil veces más.



Alejandra Cortés – Voluntaria en El Salvador desde octubre 2012 hasta julio del 2013



martes, 30 de julio de 2013

Looking forward to meet Zway! ¡Con muchas ganas de conocer Zway!

Parece que fue ayer cuando llegué a la sede de Madreselva a hablar con Cris para irme de voluntaria y no tenía ni idea de a dónde ir. ¡Y ya estoy haciendo la maleta para irme en 3 días a Etiopía!


Desde hace un par de meses Fadi (voluntario veterano de Madreselva) y yo nos hemos estado reuniendo con los coordinadores del viaje de la Universidad de San Louis y el resto de voluntarios de la misma universidad para preparar los horarios y programaciones de los cursos de inglés que daremos por la mañana en el colegio, y los juegos y talleres para el oratorio que llevan allí las salesianas.

Por fin acabaron las esperas y los trámites, con todo preparado (billete, vacunas, seguro, programaciones, horarios, juegos) solo queda reunirnos una última vez con el resto de voluntarios de la Universidad de Saint Louis, hacer el tetris de la maleta… y marcharnos a esa pequeña ciudad llamada Zway a orillas de un gran lago con el mismo nombre, donde nos esperan niños y niñas que saben vivir con poco y disfrutar de lo poco que tengan.

¿Cómo será aquello?, ¿por qué quien ha ido tiene tantas ganas de volver?, ¿cómo puede ser que los niños de las fotos estén siempre tan sonrientes habiendo tanta pobreza?, ¿sabré dar lo que ellos necesitan?, ¿qué dificultades encontraré?, ¿qué debo llevar y qué dejar fuera de la maleta?

Lo más importante que quiero llevar, además de materiales, programaciones, etc., es la ilusión y sobre todo ganas de empaparme de todo lo que vea, de su cultura, de sus bailes, de sus juegos, de su forma de vida y su forma de ver la vida. Quiero dar lo mejor de mí, pero estoy segura de que volveré habiendo recibido mucho más de lo que pueda yo darles…

Por fin hacer otra de esas cosas que tenía en la lista de cosas que hay que hacer al menos una vez en la vida. Por fin ver el mundo “real” en el que vive la mayoría de la gente, por mucho que veamos lo nuestro como “lo normal”. Por fin transformar en acciones las intenciones.

¡Por fin Zway!
Bea Hernández

       








jueves, 16 de mayo de 2013

Antes de mi primera experiencia


Hola!! Soy Lola, tengo 18 años. Acabo de empezar la carrera de Biología, aunque también estoy la haciendo de música y la de ballet. Este año me apunté al curso  de voluntariado internacional y en Julio me voy a Villarrica (Paraguay). Mucha gente me dice que soy muy pequeña, que todavía no puedo saber lo que quiero. Pero siempre doy la misma explicación: tanto en mi familia como en el colegio me han guiado, consciente o inconscientemente, hacia este camino. Voy a dar datos concretos, y luego sacáis vuestras conclusiones.
Siempre he estado en colegios de Salesianas, primero en "La Dehesa" y después en "Villaamil", donde me enseñaban la fiesta, la alegría, la moral cristiana, la responsabilidad... Todo ello reforzado por mi familia. Una de las primeras oraciones que me enseñaron fue la siguiente:
"En mi corazón de niña guardo yo muchos deseos: el primero es que seamos cada vez más buenos. El segundo, que la gente viva siempre en alegría, y que estén todos contentos con el pan de cada día. Yo te pido por mis padres y los padres de otros niños, para que nunca se enfaden y siempre están unidos. Haz que no existan las guerras, ni tan si quiera en los libros. Y que en este mundo en el que vivimos no se oiga llorar a un niño. Amén"
A mis 10 años, mi familia adoptó a mi hermano pequeño, quien se encontraba en una casa de unas monjas, donde vivía un montón de niños cuyos padres no podían hacerse cargo de ellos, por lo menos durante un tiempo. Cuando fuimos a recogerle, vi a un niño muy serio (y con cara de agobio y tristeza) hablando con unos señores. Me contaron que le habían ido a visitar sus padres. Al principio no entendía por qué estar con tus padres podía ser algo malo o incómodo. Poco a poco lo he ido comprendiendo y me he dado cuenta de que no todo en esta vida es felicidad. En el colegio ya me lo decían: "Hay que dar dinero a los pobres. Hay gente que se muere de hambre. Hay niños que no son felices"... pero yo no le daba importancia. Fue aquél día cuando entendí la oración que me enseñaron de pequeña, y sentí que algo tenía que hacer.
El año pasado, cuando terminé la selectividad, Sor Aurora me ayudó a contactar con Madreselva, y aquí estoy.
En julio me voy a un hogar de niñas en Villarrica, una ciudad pequeña de Paraguay cerca de Asunción. Tampoco me entretengo mucho en el proyecto, porque supongo que la mayoría lo conocerá. Viajo con una compañera del grupo y ahora toca vacunarnos, preguntar dudas a otras voluntarias que hayan ido otros años, presentarnos a la Sor de allá, algún que otro papeleo... Suena un  poco a agobio,  pero todavía no estoy nerviosa.
Creo que voy a ser de ayuda, no sé si de mucha, o de poca, pero algo aportaré. No tengo experiencia laboral ni nada por el estilo, pero creo tener claro lo que quiero y debo hacer allá. Creo que no hay edad para diferenciar entre una persona pequeña y otra madura, creo que el estar preparado está ligado con el tiempo que uno se ha parado a pensar en la vida y el mundo, en las injusticias y en los horrores, en la felicidad y los amores... Cuando vuelva de la experiencia ya sabré si lo que creo es cierto.

Lola Teja. Voluntaria 2013

miércoles, 24 de abril de 2013

¿Por que un colegio en Casa Maín?


Hola a todos, mi nombre es Javi, soy un joven alcarreño de 32 años (Sí… Me sigo considerando joven, aunque algunos estamentos se encargaran hace tiempo de anunciarme que ya no pertenecía a ese grupo… ¡Lo que hay que oír!). Esta es la segunda vez que estoy en el Hogar Casa Maín, ahora bien, en esta ocasión puedo compartir la experiencia con mi novia, Bea, que qué les voy a contar… ¡es todo un regalo!

Intentaré explicar un poco cómo es esto, para que se hagan una idea del por qué un colegio:

La ciudad donde está ubicado el Hogar Casa Maín se llama Santa Cruz de la Sierra. Es una ciudad grande, creo que en extensión la más grande de Bolivia (aunque no estoy seguro). El centro de la ciudad, con sus matices claro está, es parecido a lo que nosotros entendemos por ciudad; aceras, calles asfaltadas, edificios más o menos altos, tiendas, restaurantes… Lo que viene siendo una ciudad…  Alrededor de este centro, la ciudad ha ido creciendo en forma de anillos y cuanto más te alejas se va notando que la zona es más pobre. De esto se puede dar uno cuenta cuando viaja en el micro (pequeño autobús público en el que las personas encajan como piezas de tetris) y pasas de unas zonas a otras… Para mí Santa Cruz es una ciudad de contrastes y siempre pongo el mismo ejemplo, pero es que me llamó la atención el ver un porsche cayenne junto a un carro tirado por dos caballos.
No he conseguido ver exactamente dónde se encuentra el Hogar Casa Maín, pero creo que está entre el sexto y el séptimo anillo… Aquí sólo la avenida principal está asfaltada (Avenida de Moscú) el resto de calles que rodean el hogar son de arena… con sus correspondientes perros, gatos, gallinas, algún caballo e incluso vacas… Algo que también me llamó la atención es la cantidad de basura por las calles. Cada día pasan a recoger la que está en las puertas de las viviendas e incluso se quema bastante, pero aun así, hay mucha basura por la calle. Incluso de algunas viviendas se pueden ver los reguerillos de agua sucia que salen a la calle…
En este entorno se encuentra el hogar, se puede decir que Casa Maín es un pequeño oasis. En el hogar hay varios edificios tres de ellos de dos plantas, que son donde duermen las chicas. Luego una capilla, una lavandería y una pequeña sala aparte. Todos ellos entre grandes árboles y jardines que cuidan con esmero las niñas. Los edificios donde viven las niñas son la primera, segunda y tercera etapa. En la primera etapa están las más pequeñas y aquellas que aunque un poco mayores, son nuevas en el hogar. En la segunda etapa viven las más veteranas y mayores y junto a ellas en una zona aparte las hermanas. Y en la tercera etapa vivimos los voluntarios y alguna chica ya mayor de dieciocho que no tiene a dónde ir y a las que las hermanas han decidido mantener en las instalaciones del hogar, aunque ya no llevan el ritmo del resto de las niñas. Tienen una especie de alquiler mientras realizan sus estudios.

Bueno, y ahora lo más importante… aquí hay unas 120 niñas… Oficialmente se acoge a niñas desde los cinco a los doce años y pueden permanecer hasta los dieciocho (aunque hay alguna excepción, como Yuliana, o “Pinkie” como la conocemos todos, que tiene 3 años y está aquí para no separarla de su hermana). La historia de cada niña es distinta y cada una tiene distintos motivos para estar aquí, pero sea por lo que sea, lleva detrás una dura experiencia de vida.

Al cargo de estas niñas hay ocho hermanas, que a veces son menos por distintos motivos, pero de cualquier forma es un número escaso para llegar a todas las niñas. Además hay una trabajadora contratada y hoy en día cuatro voluntarios (que en menos de un mes, con nuestra marcha y la de otra voluntaria belga, será una). De la prefectura reciben la ayuda de una trabajadora social (de la que todavía no tengo clara su función), dos o tres educadoras que echan una mano con los estudios por la mañana, una doctora un día o dos a la semana y hasta hace poco recibían la visita de una psicóloga.

Con el principio de curso todo esto está resultando caótico y está un poco en el aire; tan pronto llaman de la prefectura a las educadoras para que vayan a otro sitio, la psicóloga dice que ya no va a poder venir y que hay que ir a verla a ella, la doctora una semana viene un día, la siguiente dos, la siguiente no lo sabemos… Así que, aquí están las hermanas luchando como pueden para que esto marche adelante.

Cuando vine en octubre de 2009, las niñas estaban acabando el curso e iban a clase por la mañana, salvo cuatro niñas que iban por la tarde (hay tantos niños en la zona que tienen que hacer  turnos de mañana y tarde), al colegio “Tierras nuevas”, situado a unas tres cuadras (manzanas) del hogar. Antes de venir esta vez, nos enteramos del proyecto para construir un colegio para las niñas del hogar y la verdad es que me sorprendió un poco. Pero tras preguntar y ver la situación actual me explico mejor este proyecto;
Este año hemos llegado al comienzo del curso. Las niñas tenían que empezar en enero el curso y cuando las fueron a inscribir, se llevaron la sorpresa de que derruían el antiguo colegio para hacer uno nuevo. Ahora las niñas tienen que ir a colegios mucho más retirados (con el gasto en transporte que ello conlleva) y hablo en plural porque las de secundaria tienen que ir a uno y las de primaria a otro. Además, las 11 niñas de cuarto de primaria van por la mañana y el resto de niñas por la tarde (Esto parece que no tiene peso, pero influye mucho a la hora de cuadrar el horario de las niñas e incluso para contar con las educadoras de la prefectura).
Con cuentagotas, una semana unas, la siguiente otras y por fin esta semana las de secundaria, parece que por fin todas han empezado sus clases.

En este tiempo me estoy encargando de llevar a las niñas de cuarto de primaria hasta el colegio… Salimos a las 7:25 del hogar para intentar llegar a las 8:00 al colegio y digo intentar porque a veces hemos llegado tarde por la dificultad de coger un micro en el que entremos 12 personas de golpe. El micro nos deja en un punto y de ahí andamos dos cuadras hasta el colegio (hace dos semanas robaron a un niño en este trayecto).
Mientras las niñas de cuarto están en el cole, el resto de niñas de primaria y secundaria están haciendo sus tareas en los estudios del hogar. Bea está echando una mano a una de las educadoras con las niñas de tercero y alguna voluntaria, con el lío que hay con las educadoras, se queda sola con algún curso… no sé lo que pasará el día que faltemos los voluntarios… Espero que las hermanas consigan arreglarlo todo a tiempo.
A mi regreso al hogar echo una mano en lo que puedo a las de secundaria, sobre todo con sus investigaciones en internet.
A las 12:10 las niñas salen del cole, así que regreso a por ellas. A la vuelta es más complicado todavía coger el micro, tenemos que “pelear” con los alumnos de secundaria y el resto de niños que salen de primaria para intentar coger uno… Algún día hemos llegado a tardar cerca de una hora en volver…  Y cuando llegamos al hogar, después de andar otras tres cuadras, las niñas que quedaban en el hogar ya han comido y están preparadas para subir al micro (este lo  han contratado las hermanas para llevar a las niñas que van por la tarde a clase).

Podría decirse que esto es una situación temporal y que una vez terminada la construcción, las niñas podrían volver a su nuevo colegio y se acabaría el problema. Pero cuando hablé con la directora del hogar, me explicó los problemas que tenían cada año para inscribir a las niñas. El rechazo que reciben por parte de algunas familias del barrio, ya que, aun habiendo turno de mañana y tarde, muchos niños se quedan sin escolarizar por falta de plazas. E incluso el rechazo por parte de alguno de los docentes (si es así, la verdad es que no lo entiendo).

En conclusión, yo no puedo decir si es imprescindible el colegio. De lo que estoy seguro es de que podría venir muy bien tanto para las niñas del hogar, como para el barrio y estoy convencido de que sus aulas se llenarían.

Javier Molina Bernet. Voluntario de MadreselvaONGD

martes, 2 de abril de 2013

Calendario Etíope


Etiopía tiene su propio calendario, el calendario Juliano que es el antecesor del calendario gregoriano, adoptado por la mayor parte de los países del mundo tras la Reforma del Papa Gregorio XIII en 1582, una vez probado el desfase temporal que originaba el anterior. El calendario Juliano tiene 13 meses y va retrasado con respecto al nuestro (Gregoriano) 7 años. Así que… ¡En Etiopía están en el 2006!
Enkutatash es el día de año nuevo en Etiopía y se celebra el 11 de septiembre. En el caso de los años bisiestos, la fiesta es el 12. La Navidad se celebra el 7 de enero.
El sistema horario también es diferente. Como Etiopía está cerca del ecuador, en cualquier época del año amanece a las 6 de la mañana y anochece a las 6 de la tarde. A las 6 de la mañana que es cuando sale el sol, para los etíopes son las 12 en punto y cuando se hace de noche, a las 6 de la tarde, empiezan a contar las horas nocturnas. En Etiopía el día empieza con la puesta de sol y no a media noche como en el resto del mundo.


En Etiopía, Dilla, Madreselva tiene abierto un proyecto de crowdfunding en el que puedes colaborar: Proyecto en Dilla

Ayúdanos hacer difusión del mismo.

Texto elaborado por: Elena Álvarez (alumna en Prácticas)

martes, 26 de marzo de 2013

El agua, ese gran bien


Como semanas anteriores, seguimos informando del sur de India. En artículos anteriores hablamos sobre matrimonios concertados, naturaleza, castas, religión, etc. 
En este pequeño artículo y, aprovechando que ha sido el Día Internacional del Agua, vamos a hablar sobre los problemas de agua en India.


Hace sólo unos días que he vuelto a España y no paro de escuchar “Por favor que pare ya este invierno, que deje e llover” Si bien entiendo que el calorcito se echa de menos y que alegra la vida, el Agua también, y mucho más de lo que nos imaginamos. 

Vengo de un país en el que las personas se queman vivas debido a que no hay lluvia. Como no hay lluvia, no hay cultivos; como no hay cultivos, no hay que comer; como no hay que comer, no hay fuerza para ir a trabajar; como no hay fuerza para ir a trabajar, hay estrés, ansiedad, depresión y peleas familiares; como se dan todas estas situaciones, algunos padres y algunas madres se ven tan desesperados y desesperadas que intentan suicidarse. Esta es la realidad de algunas familias de agricultores en el sur de India. En el último año en las épocas de monzón las lluvias no han sido suficientes e, incluso, inexistentes. Esto ha llevado a perdidas de kilómetros de cultivos. Teniendo en cuenta que gran parte de la población vive de la agricultura, se entiende el malestar y el miedo a no saber cómo alimentar a sus familias, cómo pagar los artículos de primera necesidad, etc. 

A todo ello hay que añadir los problemas de salud relacionados al transporte de agua que niños y niñas y mujeres tienen ya que tienen que andar kilómetros y kilómetros en busca de agua que, en muchas ocasiones, está contaminada o no es suficiente para poder responder a todas las necesidades del día a día (aseo, cocina, limpieza de ropa, alimentación animales, beber, etc.) 

Entiendo que la gente quiere sol y quiere salir de casa, pero de verdad creo que no nos damos cuenta de la suerte que tenemos de tener un año de lluvias, ¿cuántas veces he escuchado en años anteriores, “no ha llovido suficiente, no ha hecho un buen invierno…?” ¿¡Y ahora nos quejamos porque llueve y nieva que es lo que hace en invierno?! Alegrémonos de tener agua, dancemos bajo la lluvia, cantemos mal para que llueva un poquito más (pero sin pasarse) y disfrutemos esta primavera y este verano de tener un agua de calidad que beber, una piscina donde bañarnos para quitarnos el calor, un grifo que nos ofrece agua siempre que queremos. ¡Aprendamos a apreciar lo que tenemos!

Por todo ello, desde Madreselva, consideramos que toda ayuda es buena, ya sea con ordenadores para las aulas, con lo cuales los niños y las niñas podrán ir accediendo a una educación mejor pudiendo, en un futuro, estudiar ingenierías que ayuden a solventar los problemas de agua; con construcción de tanques de agua, como realiza Madreselva en algunos poblados del Estado de Kerala; teniendo una concienciación mayor del ahorro de agua en nuestro país…Tú aportación vale más de lo que piensas, a pequeñita que sea, porque con pequeños detalles construimos grandes cosas, ¡Apoya MicroProyecto Tecnología para el futuro 2º fase! 

Más información del proyecto de crowdfunding: Tecnología para el Futuro 2º Fase en el siguiente enlace: Proyecto en India


Fotografías y texto elaborado por: Lucía López López

lunes, 25 de marzo de 2013

Etiopía, cuna del café


Etiopía es la cuna del café, fue en los bosques de la región de Kaffa donde se encontró de forma silvestre. 

Una de las leyendas más populares habla de Kaldi, un pastor y poeta que llevaba a pastar a sus cabras. Un día Kaldi notó que su rebaño no estaba tranquilo y manso como solía estar, sino que se comportaba de forma extraña y agitada. Kaldi descubrió que los animales se comportaban así porque habían comido unas semillas rojas. Kaldi llevó algunos frutos y ramas de ese arbusto a un monasterio y allí el Abad los hirvió y se desprendió un delicioso aroma que hizó pensar en una bebida y así surgió el café.


El café etíope se clasifica según su grano, las condiciones de cultivo y el procesamiento (seco o húmedo). Anualmente Etiopía genera entre 200 y 250 mil toneladas de café, de las que gran parte se exporta. Pero además, los etíopes beben café con asiduidad y de forma ceremonial. Al menos una vez al día la familia se reúne en torno a una jarra de café para estrechar los lazos familiares. Por otra parte, la ceremonia o fiesta del café se hace como bienvenida. Los etíopes limpian, tuestan, muelen y preparan el café para el invitado que se espera que este en casa del anfitrión al menos dos horas antes. Suelen acompañar el café de palomitas dulces y pan.

Tenemos abierto un proyecto de crowdfunding para apoyar la salud en Dilla (Etiopía). Más información en:  http://www.colaboramas.org/index.php?option=com_comprofiler&task=pluginclass&plugin=cbgroupjive&action=groups&func=show&cat=4&grp=41

Elena Álvarez (Alumna en Prácticas)

viernes, 15 de marzo de 2013

Un paseo por Dilla (Etiopía)


Las pocas noticias e imágenes que llegan a España sobre Etiopía hacen referencia a hambrunas, conflictos, miserias, y, como mucho a algún gran atleta. Sin embargo, Etiopía es mucho más que eso, es un país de grandes contrastes, por la gran variedad de paisajes que ofrece su geografía de Norte a Sur, por la enorme riqueza histórica y cultural, y por lo diferente que es la gente, en sus rasgos y en su carácter, del resto de los países del África Subsahariana. El año pasado tuve la oportunidad de viajar allí a visitar en pocos días algunas de las muchas misiones que las Hermanas Salesianas tienen en el país. Mi viaje terminó en Dilla, una zona verde, frondosa y montañosa a 360 km al sur de la capital, Addis Abeba, donde se encuentra el centro de Salud Don Bosco, que las Hermanas gestionan desde el año 1986. Los servicios que se prestan allí desde entonces son: medicina general, atención pre-natal y postparto, laboratorio, inmunización, vacunación, etc, siempre a cargo de personal local especializado. Más 22.000 personas son atendidas anualmente, unas 85 personas cada día. Una de las actividades más importantes del centro es el Programa Nutricional, donde, entre otras actividades, se da atención sanitaria semanal a más de 100 bebés de 0 a 2 años y para los cuales se entregan leche y galletas nutritivas. Las tasas de mortalidad infantil que se registran en la zona de Dilla son más elevadas que las que corresponden a la media nacional de Etiopía, que ya son de por sí muy altas (127/1.000 para niños de menos de un año y 174/1.000 para niños de menos de 5 años). Una de las principales causas de muerte son las altas tasas de desnutrición aguda, crónica, y el estado de vulnerabilidad que presentan los niños y niñas, lo cual se ve empeorado por la falta de un acceso adecuado s servicios de salud y educación preventiva para adoptar estilos de vida saludables.
Es muy importante también el seguimiento que reciben las madres durante el embarazo, así como la formación en cuidados para los recién nacidos y los primeros meses de vida. Hasta este año no era posible atender partos en el centro, pero recientemente se ha convertido la sala de espera en una sala de partos, por lo que ahora las madres ya pueden acudir allí a dar a luz en condiciones de higiene y con personal cualificado, lo cual contribuirá a disminuir la mortalidad tanto de las madres como de sus hijos.
El hecho de que la situación de estos países y otros de la zona esté tan olvidada en los medios de comunicación, y el momento de mezcla de oportunidades y retos que allí se viven, hacen que tener la oportunidad de adentrarse en ellos, viviendo la dureza y austeridad del caluroso día a día, acompañada de personas que han dedicado su vida a éstos, tenga una “magia” especial que deja huella y anima a seguir trabajando cada día por tratar de apoyar las necesidades de sus poblaciones y a luchar para que se conozca su realidad y para que la escasa ayuda internacional que recibe se mantenga y aumente, en vez de desaparecer con la excusa de “nuestra crisis”, que hace que se olviden y endurezcan las verdaderas crisis a las que se enfrentan cada día millones de personas, en Etiopía y en todo el mundo.

Acabamos de iniciar un microproyecto de crowdfunding para la Clínica de Dilla. El crowdfunding es la cooperación colectiva, a través de muchas pequeñas aportaciones conseguimos lograr acciones significativas. Lo importante es que colaboremos muchos. Mas información en el siguiente enlace: http://colaboramas.org/ o http://www.madreselvaongd.net/


Beatriz Tavera (Técnico de proyectos África)